Ya estoy de nuevo con vosotros para hablaros de Moulin Rouge (2001), un musical original que rompe con la estética de los musicales clásicos, manteniendo la esencia de una historia sencilla, repleta de canciones modernas de los años 80 y 90 junto con bailes trepidantesde can can.
Moulin Rouge esta dirigida por Baz Luhrmann, actor, director, guionista y productor australiano (todo en uno). Como interpretes nos encontramos al guapísimo Ewan Mcgregor y a la delicada Nicole Kidman, que, aunque no es de mis preferidas, reconozco que en esta película me sorprendió por su buena interpretación y por su pequeño punto cómico que deja ver en una de las escenas.
Catherine Martin comenta: "Se trata de manipular los elementos que existían en su mundo, con un lenguaje contemporáneo, para que una audiencia moderna pueda tener acceso a este mundo de época". "Baz quería que creáramos un mundo bajo un estilo al que llamó ‘artificialidad real’. Un París ‘inventado’ donde el musical de su creación se ubicara de manera placentera. Un lugar donde, desahogarse con una canción, fuese algo natural”.
BAZ LUHRMANN
Basada en gran parte en la ópera de Giuseppe Verdi “la traviata” así como en la novela de la “dama de las camelias” del escritor francés Alejandro Dumas (hijo). Nos muestra una preciosa historia de amor ambientada a principios del siglo pasado, en el París de la revolución bohemia. París de los artistas incomprendidos que buscan la libertad, la verdad, la belleza y el amor, son los llamados “hijos de la revolución”.
Mcgregor interpreta a Christian, un joven poeta y escritor que llega a Montmartre, en busca de un sueño, quizás el sueño de todos y cada uno de nosotros, el amor. En esta búsqueda se encuentra con un grupo de alocados bohemios que le enseñaran el mundo de la noche y ese mundo empieza, como no podía ser de otra manera, en el Moulin Rouge. Todo comienza en ese momento, donde, por un fortuito error, conocerá a Satine (Nicole Kidman), la cortesana más famosa de la ciudad. Estos dos personajes van a experimentar una verdadera historia de amor, no con pocas complicaciones para ambos.
Mcgregor interpreta a Christian, un joven poeta y escritor que llega a Montmartre, en busca de un sueño, quizás el sueño de todos y cada uno de nosotros, el amor. En esta búsqueda se encuentra con un grupo de alocados bohemios que le enseñaran el mundo de la noche y ese mundo empieza, como no podía ser de otra manera, en el Moulin Rouge. Todo comienza en ese momento, donde, por un fortuito error, conocerá a Satine (Nicole Kidman), la cortesana más famosa de la ciudad. Estos dos personajes van a experimentar una verdadera historia de amor, no con pocas complicaciones para ambos.
Uno de los antagonistas de esta historia es Zidler, interpretado por Jim Broadbent, el dueño del local, cuyo único objetivo es convertir el Moulin Rouge en un gran teatro. No parará hasta encontrar a alguien que le financie, porque según Zidler "el show debe continuar". Para esta financiación aparece el duque de Monroth, interpretado por Richard Rouxburgh, un hombre adinerado que es capaz de todo para conseguir lo que desea. Ambos harán que la relación entre Satine y Christian se complique cada vez más.
RICHARD ROUXBURGH (IZQUIERDA) Y JIM BROADBENT (DERECHA)
Jim Broadbent (Zidler) hace una interpretación muy buena en esta película. Este actor inglés ya tenía claro desde muy pequeño que su pasión y su vida era el teatro y cambió sus estudios de música por la interpretación. Gano un Óscar como mejor actor de reparto por la película "Iris". Como curiosidad, contaros que este actor tuvo que ponerse un traje similar al que llevaba Robin Williams en “Sra. Doubfire”, para parecer más gordo.
En cuanto a Richard Rouxburgh (duque), de origen australiano, hace el papel de perfecto villano y con su interpretación nos sorprende a todos. Después de verle en “misión imposible II” junto con Tom Cruise (no haré comentarios sobre este “actor”), no te imaginas que pudiese interpretar a un personaje como el de Moulin Rouge, donde la comicidad y la excentricidad, se mezclan para crear a este personaje que Richard Rouxburgh (duque) capta desde el primer momento y lo hace suyo. El mejor momento de este personaje es en la escena donde cantan “like a virgin” de Madonna, sus gestos son espectaculares y con esa escena el personaje se dibuja del todo.
Hay unos secundarios que sustentan muy bien la película confiriendo dramatismo y más dosis de romanticismo, como es el caso de John Leguizano, que interpreta a Toulouse-Lautrec, pintor que vivió la revolución bohemia reflejándola perfectamente en algunos de sus cuadros de aquella época. Respecto al personaje de Chocolat, deciros que fue un personaje real. Era un bailarín francés de color, introducido en el mundo de los cabarets, hacia 1895, nada menos que por el mismísimo Toulouse-Lautrec.
Es una película que recupera el musical de antaño pero con un aire muy diferente, donde los movimientos de cámara, los efectos y los colores aparecen a cada momento de formas muy diversas, creando una atmósfera totalmente distinta a lo que estábamos acostumbrados en un musical. El ritmo es muy trepidante al inicio y durante casi toda la película, pero va frenando al final, se une a la historia y, a medida que el drama se va haciendo evidente, el ritmo decelera.
Hay escenas de fantasía muy logradas, donde se dibuja una luna con cara, y, donde una guapa Kylie Minogue, aparece como una pequeña hada verde que sale de la botella de Absenta, bebida preferida de los “hijos de la revolución”. Se ha criticado mucho esta película por todos estos temas de fantasía, cámara y ritmos y, sobre todo, por falta de argumento. Pero a mí, personalmente, me parece una visión muy original, donde el amor, con una pizca de comedia, se hacen evidentes en cada momento y, donde la cámara, acompaña a la historia como un personaje más. No se necesita un argumento muy rebuscado para hablar de amor, basta con que la película sepa transmitirlo. y eso lo hace perfectamente, sin llega a ser un pastel.
Las canciones, conocidas por todos, son estupendas. Canciones de éxito de la música pop combinadas con el diseño de época, donde destacan algunas de Elton John, Queen, David Bowie, Sting y Madonna, entre otras muchas. Me parece un gran acierto convertir la canción de Roxanne, del grupo Police, en un tango lleno de fuerza y energía; esto fue idea de Mariano Mores, músico argentino, pianista, compositor y director de orquesta de tango. Todas las canciones están muy bien empleadas y no te llegan a cansar, como puede pasar en otros musicales (o al menos eso me pasa a mi, pero quizás sea porque yo no soy de musicales, la verdad).
Las canciones se integran perfectamente en cada escena. Lo mejor de ellas es que están cantadas por los mismos actores, no han sido doblados y eso le da un extra a la película. Hasta en la escena del trapecio, Nicole no quiso que la doblaran y, como consecuencia de esto, tuvo una lesión de rodilla que casi le cuesta el rodaje de “los otros”, ya que se retraso el rodaje de Moulin Rouge y casi se junta con el comienzo de la película de Amenábar.
Hay que destacar el vestuario y maquillaje como parte clave en la película. Intervinieron más de 60 maquilladores y peluqueros y se diseñaron en Roma más de 85 pelucas. Así como más de 400 vestidos. El vestido que saca Satine en la última escena y sobre todo el tocado nos recuerda mucho al vestuario de "la reina de los condenados" (2002) de Michael Rimer. Esto es así porque el diseñador de vestuario de ambas películas es el mismo, se trata de Angus Strathie.
SATINE
LA REINA DE LOS CONDENADOS
Esta película tiene una historia sencilla, una historia de sueños, de amor, como tantas que hemos visto. Lo que sucede con Moulin Rouge es que evoca historias de amor tales como la de Romeo y Julieta. Podriamos decir que es un mito órfico. Y esto le confiere a la cinta ese toque romántico tan especial.
Para todos aquellos "hijos de la revolución" y para los que no lo sean, aquí os dejo esta recomendación para que se despierten todos vuestros sentidos.